Una maloca de resistencia ante la violencia de género estructural que enfrentan las mujeres indígenas de Condorcanqui

Autoras: COMUAWUY y Fondo Socioambiental del Perú

Un espacio de resistencia y protección indígena. El Consejo de mujeres Awajun, Wampis, Umukai y Yawi (COMUAWUY) en la provincia de Condorcanqui, Amazonas, construyó e inauguró una maloca-refugio destinada a brindar albergue temporal a víctimas de violencia, principalmente mujeres, niñas, niños y adolescentes sobrevivientes de violencia sexual. Además, este espacio se proyecta como un punto estratégico para la venta de los productos elaborados por sus asociadas, quienes buscan transformar su dolor en fortaleza colectiva. Un lugar seguro donde encontrarán apoyo y acompañamiento frente a la ausencia del Estado.

Foto: COMUAWUY y Fondo Socioambiental del Perú

Un símbolo de resistencia. Esto es lo que representa la maloca inaugurada el último sábado 6 de setiembre en el barrio Vista Alegre, ubicado en el distrito General Juan Velazco Alvarado, provincia de Condorcanqui, en Amazonas. Este espacio comunitario tiene como objetivo ser un punto estratégico para albergar temporalmente a víctimas de violencia estructural, especialmente, a mujeres, niñas, niños y adolescentes que sufren de violencia sexual.

La necesidad es urgente: en comunidades indígenas alejadas, las víctimas enfrentan amenazas, presiones de agresores y cómplices, y un Estado ausente que hasta la fecha no ha logrado sancionar penalmente a un solo docente denunciado ni indemnizar a las familias afectadas. Más de 500 casos de violación sexual han sido registrados, muchos de ellos con consecuencias devastadoras como la transmisión de VIH, sin que existan políticas de atención reales y sostenibles.

Pero la maloca no solo será un refugio. También se proyecta como un espacio productivo y de autonomía económica para las mujeres organizadas de COMUAWUY. Allí podrán comercializar los productos que elaboran colectivamente, convirtiendo el dolor en fortaleza y reafirmando que la resistencia también pasa por el trabajo digno, el sustento para sus familias y la revalorización de sus saberes.

Foto: COMUAWUY y Fondo Socioambiental del Perú

Rosemary Pioc Tenazoa, presidenta del Consejo de Mujeres Awajún Wampis Umukai Yawi (COMUAWUY) y coordinadora general de la Red Nacional de Mujeres Indígenas Tejiendo Resistencia, alzó su voz de protesta sobre los delitos de violencia, principalmente sexual, que sufren niñas, niños y adolescentes awajún y wampis en sus escuelas y hogares en Condorcanqui y Bagua:

“Gracias a esta maloca vamos a recibir a jóvenes, mujeres, defensoras ante las denuncias que se pueden presentar a causa de la violencia estructurada. Muchas de ellas no acuden a la Fiscalía ni a los Centros de Emergencia Mujer, sino que van primero a la organización, por la confianza, y nosotras derivamos los casos a las autoridades competentes. La maloca será un punto estratégico para ello”, destacó Pioc.

La inauguración se dio tras un evento histórico para las mujeres indígenas: el Encuentro de Diálogo de Saberes de Mujeres Indígenas – Nuwa Aidau Ipáamainawai, organizado por el COMUAWUY y la Red Nacional de Mujeres Indígenas Tejiendo Resistencia, con el apoyo del Fondo Socioambiental del Perú (FSAP) y otras organizaciones de cooperación.

La lideresa aymara de Puno, Judith Paucar Palomino, resaltó que este encuentro le ha mostrado la necesidad de seguir trabajando en comunidad para erradicar todos los tipos de violencia que enfrentan las mujeres indígenas en el país: “No es posible que niñitas y niñitos sean víctimas de violaciones y que sus perpetradores no enfrenten a la porque no tienen acceso a las instituciones para denunciar. ¿Qué hace el gobierno? ¿Acaso estás víctimas por ser indígenas no importan?”, sentenció como integrante indígena de la Red.

Foto: COMUAWUY y Fondo Socioambiental del Perú

Durante el encuentro, se hizo un llamado enfático al Estado para asumir su responsabilidad frente a la situación de violencia que afrontan estas provincias amazónicas. Como señalaron las lideresas, la ausencia de coordinación con los actores locales impide frenar la impunidad y perpetúa la vulnerabilidad de las comunidades.

El problema no es reciente. En 2015, la Defensoría del Pueblo ya había alertado sobre la pobreza extrema de escolares en Amazonas y Loreto, y sobre casos de explotación que sufrían por parte de sus propios profesores.

“Se han creado dos fiscalías nuevas. Pero lo que llama la atención es la implementación. Tienen que operar con profesionales que conozcan el contexto del territorio en el que trabajan. Tienen que estar preparados y preparar a su personal en interculturalidad. Es importante que la Fiscalía Especializada conozca el territorio, sus costumbres y contexto para realmente hacer una diferencia”, enfatizó Rosemary Pioc.

Mientras tanto, el gobierno de turno anunció mediante el discurso del pasado 28 de julio, una inversión de 20 millones de soles para implementar en Condorcanqui un sistema especializado de con el fin de proteger a niños, niñas y adolescentes frente a la violencia sexual y familiar, que articule esfuerzos del Poder Judicial, el Ministerio Público y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Aunque este último, ha reafirmado esta iniciativa como una “inversión histórica”, a la fecha no se ha publicado detalle alguno sobre su ejecución, como cronograma, etapas desarrolladas o resultados, lo que genera incertidumbre respecto a su implementación concreta.